jueves, 23 de junio de 2016

Minorias

Hace una semana acudí a una marcha organizada por diversas asociaciones en favor de un tratamiento especial para las personas que sufren celiaquia. Coincidió en el calendario con la celebración del trofeo de fútbol Champions y un día en el que si bien descargó mucha agua, al final despejó la tarde, invitando así a celebrar en la calle. El recuento de los que decidimos presentarnos en la marcha no superaba las 200 personas. Recorrimos el breve trayecto del Paseo del Prado en completa soledad, gritando consignas, frente a una gran mayoría que esperando como estaban a vitorear a su equipo, miraban y se preguntaban quienes seríamos esos pobres locos que en las proximidad de tal acontecimiento deportivo nos habíamos echado a la calle a demandar simplemente,..mas atención.

La democracia, más allà de consideraciones de forma, representa el gobierno de la mayoría sobre la minoría.  Puesto que el afán de la noción democracia es homogeneizar el estatus del ciudadano, se presenta como deber ineludible gobernar pensando en las minorías con las medidas correctoras oportunas  y lograr así, incorporarlas a la mayoría que disfruta con su número del poder en la toma de decisiones. Por no hablar de su poder desestabilizador, remitiéndome a la banda terrorista que protagonizó en nuestro país cerca de 40 años de terror, o aquellas que alimentan los nacionalismos.

Cualquiera de nosotros puede levantarse siendo celiaco. Un buen gobierno debe atender la previsión de los acontecimientos, Legislar en los extremos para evitar la erosión del tejido social y la desigualdad en el trato. Buscar la tarde soleada que arrope a todos, sean cuales sean sus intereses.