viernes, 20 de marzo de 2015

Pretty woman

Película que cumple 25 años en tiempo de brujas. Es lo primero que pienso al escuchar los comentarios sobre la cinta voceadas desde las innumerables mesas de camilla de opinión que se reúnen en torno a lo cotidiano diario. Y es que al parecer, ya no se trata de una comedia romanticona, de lejana realidad, sino que ahora es exponente de la explotación del macho recolector hacia la hembra desvalida.

Es evidente la corriente de feminización que recorre todas las arterias de nuestra cultura hoy en día, entendiendo por ésta, el procedimiento que consiste en marcar las formas femeninas de los nombres o adjetivos allí donde las reglas gramaticales preconizan el uso de formas no marcadas. El problema reside cuando este proceso intenta sobrepasar los límites de la buena vecindad. Y por una grata convivencia entiendo aquélla que no busca el enfrentamiento, sino que reconoce la diferencia y desde ella, la coexistencia de dos realidades complementarias.

No simpatizo con la cuota femenina. No si me hace cargar con personas inútiles, cuyo mérito reside únicamente en la naturaleza de sus genitales. No me gusta la utilización de la palabra mujer, si conlleva la negación del vocablo hombre. De la misma manera, no me agrada leer que en mismos puestos, la mujer cobra menos que el hombre, puesto que entiendo que a misma naturaleza del trabajo, el peculio ha de ser el mismo. No me complace la sobreexposición de los atributos femeninos porque nadie discute los masculinos, sino que se "redefinen", para estar mas acordes con los tiempos. Abogo por el equilibrio en el reparto de tareas domésticas, porque el cuidado de la prole, a la altura de la andadura evolutiva en la que estamos, debe ser cosa de ambos padres en un nivel de paridad. Anhelaría que se entendiera que, como garantes, ambos, de la supervivencia del género humano, el mejor camino es la mesura en la expresión de condiciones singulares, pero suplementarias.

No espero que se esté de acuerdo con mi opinión, solo al menos que se respete, de la misma forma que observo tanta desubicación sin por ello jalear ninguna hueste de atropello.


1 comentario:

  1. No puedo estar más de acuerdo con la opinión que aquí expresa la autora.

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