Según el diccionario de la RAE, cautivar o atraer la
voluntad de una persona; conseguir tener relaciones sexuales; gustar mucho,
atraer una cosa a una persona; persuadir a alguien con engaños o promesas para
hacer un mal.
Es decir, el seductor nato sería un hijo de mala madre que
nos quiere llevar por el mal camino, violentar nuestra voluntad con sus
encantos y además aprovechar la ocasión para darse un homenaje.
Se habla mucho de la capacidad seductora de Artur Mas; de la
atracción que su discurso procura en ciertos sectores de la población catalana,
quiero creer no consciente de la acepción mas maligna del vocablo. Y sin embargo, una aplicación racional de las consecuencias
de los argumentos separatistas les llevaría a la deriva. ¿Las conocen?: ¿es juicioso gravar a la industria que reside
en esa parte de España con costes adicionales en tiempos de crisis?, ¿quién los
rescatará cuando tengan problemas de liquidez?, ¿dónde les escucharán?; ¿Sobrevivirán al rechazo de la Comunidad Internacional , sobre todo cuando confían tanto en
la lengua inglesa al sustituirla por el castellano en la co-oficialidad, acordada ésta en la
Constitución, hasta ahora y en espera de la consulta, en vigor?;
Conociendo las secuelas para el resto del Territorio Español, ¿no duele
hacer daño a expensas de sentimientos de inferioridad?
Los dictadores fueron grandes seductores en su tiempo. Prometo dedicarles una entrada en este blog. Hoy he acabado agotada ante tanta falta de sensatez.
Lo dicho. Mañana mas.
Seductor, quizá simplemente habilidoso que sabe tocar la canción que por el seducido es buscada .... eso sí, con la seguridad de que le cautivará y soreprenderá.
ResponderEliminar