miércoles, 25 de noviembre de 2015

En Román Paladino

Antes de comenzar la exposición, pido perdón a mis posibles lectores por traer de nuevo el mismo debate a este muro de opinión, pero la realidad una vez más me obliga a declarar mi parecer en este asunto una vez más:  Cataluña y su proceso  independentista.

Esta vez la respuesta a sus aspiraciones viene desde el otro lado del océano. En México, el presidente Peña Nieto ha devuelto la carta de “desconexión” de España emitida por la Generalitat, dejando de forma explícita no solo su rechazo, sino también la falta de reconocimiento de la citada pretensión de esta parte de España.  Bien podríamos calificarla de “maniobra en román paladino”.

El Román Paladino fue el término acuñado por Gonzalo de Berceo para llamar a la lengua que el pueblo llano usaba para comunicarse, en contraposición al latín utilizado por la corte palaciega: la vida y la dinámica de la realidad frente al artificio de protocolos y estrecheces elitistas. De aquella lengua, surgieron otras, con identidad propia (*): Gallego y Catalán.

El idioma es el pensamiento de un pueblo hecho palabras. Y como pensamiento, se nutre de todas aquellas influencias a las que está expuesto por un motivo sencillo de relación. Así, el gallego se enmarca dentro de las lenguas galaicas, mientras el catalán presenta modificaciones del castellano, francés e italiano, recogiendo su naturaleza mediterránea y de apertura a un mar que marca su evolución.

Señalo esta circunstancia, la del idioma, porque parece ser la que sustenta de forma recóndita la reclamación nacionalista, y también la que argumenta con mayor fuerza, que la riqueza de un pueblo nace con la diversidad y no con planteamientos exclusivistas en tiempos marcados por la internacionalización de los mercados y la interconectividad a muchos niveles.

Vuelvo por tanto, a reclamar sentido común. Mirar por la casa propia. No remar en contra de los vientos. Rectificar el camino por poco acertado. Construir en la fortaleza que supone la unión. Abandonar argumentos numantinos. No fallar con ideas ajenas.




(*) La identidad se reconoce en la producción literaria propia con siglos de consolidación. La primera obra escrita en catalán fue  el manuscrito Greuges de Caboet, de temática feudal fechado sobre 1090. En gallego, el documento literario mas antiguo es una cantiga satírica Ora faz ostò senhor de Navarra escrito alrededor del 1200.

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