lunes, 23 de noviembre de 2015

Reacción

Que a toda acción le corresponde una reacción, es un principio de física elemental;  un cambio producido como respuesta a un estímulo, o como acción que resiste o se opone a otra acción, actuando en sentido contrario a ella.  Es decir, cambio de rumbo.

Es lo que se veía obligado Odiseo a realizar cada vez que el dios Poseidón se inmiscuía en su retorno a Itaca, en un intento por evitar que el rey volviera a su hogar.

La Iliada se convierte así en una gran alegoría acerca del comportamiento que debe el gobernante en su búsqueda de la verdad y la rectitud, especialmente protegida en el personaje de Penélope, quien engaña a sus pretendientes diciendo que cuando acabe un tapiz elegirá esposo, pero deshaciéndolo cada noche para no tener que casarse de nuevo.

Recomendaría vivamente su lectura a aquéllos que pretenden alzarse con cierta representación pública para ilustrarles en la probidad y embergadura del destino elegido, en la exploración de soluciones imaginativas pero efectivas ante los retos que  presenta una sociedad cada vez más compleja e interconectada a nivel planetario. 

La historia ha mostrado muchas veces que el viraje hacia una determinada dirección u otra ofrece distintos resultados. Los mejores ejemplos los proporciona la estrategia militar: Napoleón demostró gran habilidad en sus campañas terrestres, si exceptuamos las desplegadas en los frentes ruso y español(*), mientras que en sus combates navales fue ampliamente superado por Nelson que utilizaba a la marina inglesa fomentando la iniciativa y flexibilidad táctica (**).  La derrota que sufrió Hitler una vez mas en el frente ruso, demostró que aquella aventura de dominación y megalomanía podía pararse.

Según esto, la respuesta que demos a la amenaza yihadista conformará nuestro futuro y las relaciones con los países de creencia musulmana. Muchos son los interrogantes y los coyunturas que hay que cubrir. Al fin y al cabo se trata de nuestra propia supervivencia como grupo, entendiendo por el mismo, un conjunto de valores y creencias que nos han llevado a ser lo que somos. Pero también un capitán de barco que demuestre la valía en su oficio: un hombre de Estado, que procure una respuesta por encima de divisiones partidistas, en continua búsqueda del bien común y que asuma plenamente sus propias responsabilidades. Parafraseando a Burke, “lo único que necesita el mal, es que los hombres buenos no hagan nada”.


(*) el frente ruso se vió sorprendido por el invierno y en España por la guerra de “guerrillas”
(**) http://www.todoababor.es/articulos/pq-traf.htm

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