Que a toda acción
le corresponde una reacción, es un principio de física elemental; un cambio producido como respuesta a un
estímulo, o como acción que resiste o se opone a otra acción, actuando en
sentido contrario a ella. Es decir,
cambio de rumbo.
Es lo que se
veía obligado Odiseo a realizar cada vez que el dios Poseidón se inmiscuía en
su retorno a Itaca, en un intento por evitar que el rey volviera a su hogar.
La Iliada se
convierte así en una gran alegoría acerca del comportamiento que debe el
gobernante en su búsqueda de la verdad y la rectitud, especialmente protegida
en el personaje de Penélope, quien engaña a sus pretendientes diciendo que
cuando acabe un tapiz elegirá esposo, pero deshaciéndolo cada noche para no
tener que casarse de nuevo.
Recomendaría
vivamente su lectura a aquéllos que pretenden alzarse con cierta representación
pública para ilustrarles en la probidad y embergadura del destino elegido, en la exploración de
soluciones imaginativas pero efectivas ante los retos que presenta una sociedad cada vez más compleja e interconectada a nivel planetario.
La historia ha
mostrado muchas veces que el viraje hacia una determinada dirección u otra ofrece
distintos resultados. Los mejores ejemplos los proporciona la estrategia
militar: Napoleón demostró gran habilidad
en sus campañas terrestres, si exceptuamos las desplegadas en los frentes ruso
y español(*), mientras que en sus combates navales fue ampliamente superado por
Nelson que utilizaba a la marina inglesa fomentando la iniciativa y flexibilidad
táctica (**). La derrota que sufrió
Hitler una vez mas en el frente ruso, demostró que aquella aventura de
dominación y megalomanía podía pararse.
Según esto, la
respuesta que demos a la amenaza yihadista conformará nuestro futuro y las
relaciones con los países de creencia musulmana. Muchos son los interrogantes y
los coyunturas que hay que cubrir. Al fin y al cabo se trata de nuestra propia
supervivencia como grupo, entendiendo por el mismo, un conjunto de valores y
creencias que nos han llevado a ser lo que somos. Pero también un capitán de
barco que demuestre la valía en su oficio: un hombre de Estado, que procure una
respuesta por encima de divisiones partidistas, en continua búsqueda del bien
común y que asuma plenamente sus propias responsabilidades. Parafraseando a Burke, “lo único que
necesita el mal, es que los hombres buenos no hagan nada”.
(*) el frente
ruso se vió sorprendido por el invierno y en España por la guerra de “guerrillas”
(**) http://www.todoababor.es/articulos/pq-traf.htm
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