domingo, 24 de septiembre de 2017

Serrat y Otegui

¿qué les ha pasado a algunos para rechazar a Serrat y abrazar a Otegi? Principio del formulario
Hoy he abierto mi cuenta de Facebook y me he encontrado con la reflexión que arriba apunto y que, lejos de ser simple, guarda la consecuencia de una realidad que nos circunda: la irresponsabilidad y la falta de memoria,  derivada de la infantilización a la que estamos asistiendo propia de una sociedad satisfecha que ha rechazado el esfuerzo que supone educarse, trabajar en informarse, en tener criterio propio y pensamiento crítico.

La canción “La, la, la” que llevó a España a ganar el festival de Eurovisión en 1968 quiso ser defendida en primer lugar por Serrat (*), y no pudo serlo por su empecinamiento en cantarla en la lengua en la que originalmente se compuso: el catalán. En aquellos años nuestra situación política era distinta, muy ajena a la defensa y reconocimiento de la diversidad cultural que hoy vivimos en nuestro pais.  La carrera del cantante del Poble Sec se ha desarrollado en tiempo de democracia en ambas lenguas, sin encontrar en la utilización de ambas rechazo alguno por parte de su público cuando en sus conciertos ha optado por interpretar sus composiciones en su legua de nacimiento. Tal vez sea el mejor ejemplo de que la convivencia es posible y bienvenida.

Arnaldo Otegui (*) tiene en su haber la pertenencia a la banda armada ETA con intervención directa en la explosión de una gasolinera, robos a vehículos y secuestros. Su participación política la realiza desde formaciones de línea mas que radical, Herri Batasuna primero, Euskal Herritarok, y Batasuna. A esto hay que añadir, sus estancias en la cárcel, cumpliendo diversas condenas derivadas de su actividad hacia la libertad de las personas y participación en actos acordados por nuestra sociedad como ilícitos.

Las dos trayectorias tienen en común pertenecer a personas que se declaran nacionalistas, pero se diferencian en su adaptabilidad al contexto en el que viven, poniendo de manifiesto la intrasigencia de los patriotismos regionales cuando no son capaces de sumar, y sí de restar.

Oponerse, derrocar, derribar es muy sencillo, la negación es fácil: solo necesita verbalizarse. Construir es lo difícil, puesto que significa diálogo constante, trabajar en el ceder, buscar el punto intermedio. Estar en disintonía está de moda; puede hasta enmarcarse en una de las muchas campañas publicitarias manipuladoras que sobrestiman la juventud y las respuestas rebeldes, poco estudiadas e invocadoras de  sentimientos primarios.

Debajo de estas líneas os dejo el recorrido de las dos biografías que dan titulo a la entrada de hoy y utilizadas para la confección de este texto. Espero que resulten lo suficientemente ilustrativas para formar una opinión independiente y veraz.



(*) Fuente:

Biografia de Joan Manuel Serrat: http://jmserrat.com/biografia/ 






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