Entre los años 140-142, el emperador romano Antonino Pio erigió a 160 kms del anterior muro, la muralla de Antonino. Con su construcción, intentaba adelantar las posiciones defensivas romanas.
El concepto de frontera tiene su razón de ser en la defensa de un territorio, realidad que se entrelaza con la posibilidad de desarrollar una vida segura para el ciudadano que decide acogerse a ellas.
No será hasta la Edad Moderna y el nacimiento de los Estados, cuando las fronteras definan el espacio.
Como señala el profesor Díez Torre, "la frontera no posee un exclusivo valor de límite...sino más bien expresa su status, presencia-o protagonismo en un momento dado-dentro de un posicionamiento geopolítico ineludible."
Como señala el profesor Díez Torre, "la frontera no posee un exclusivo valor de límite...sino más bien expresa su status, presencia-o protagonismo en un momento dado-dentro de un posicionamiento geopolítico ineludible."
Vemos que la frontera acoge al ciudadano, pero también lo coloca en determinada posición: no es lo mismo ser noruego que español. El primero limita con suecos, fineses y rusos; los segundos con franceses, portugueses y ciudadanos procedentes del continente africano.
Instalarse en un país diferente al de origen, y por tanto cruzar una frontera, supone querer acogerse a una realidad distinta a la que hasta ahora te acogía. Y por instalarse, entendemos, integrarse en ella, respetarla.
Por eso no entiendo las posiciones numantinas de aquéllos que se arropan en guettos en los cuáles desarrollar el mismo esquema de vida del que han pretendido huir. Tal vez se trate de acogerse a la posibilidad de derechos que te ofrece un ordenamiento jurídico mas amplio, pero negar los deberes que ello conlleva. Me llama el respeto, pero se impone la necesidad de orden.
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