viernes, 16 de mayo de 2014

Leer

Desde pequeña he leído mucho, títulos que a veces me enganchaban desde un principio y libros que no me han convencido, pero que por disciplina, he terminado.

Precisamente esta lectura indiscriminada y voraz, ha sido la que ha procurado lo que soy hoy, por encima de la tenencia de cualquier estudio reglado. La que, junto a los valores aportados por mi familia, ha configurado en buena forma mis opiniones sobre el mundo que me sustenta, mi conocimiento de la realidad. Junto a mi edad, el hábito que más éxito me ha procurado, añadiendo a mi conversación.

Leer ayuda a ligar. Es un eslogan que bien podría utilizarse para propagar la rutina de la lectura entre los jóvenes. Claro, que ocupados como están por actividades mas socializadoras y exaltadas (leer es una actividad que necesita privacidad y tiempo de reposo), el éxito no puede asegurarse.

Sin embargo, no hay nada mas enriquecedor, por lo que tiene de estimulación de la imaginación, de intercambio de ideas, de reflexion sobre los acontecimientos. 

Todavía recuerdo el título que me enganchó a esta droga benigna, y que, en una revisión de mis lecturas siguientes, ha definido mis elecciones posteriores: "La Cabaña del tío Tom". Me gusta la buena novela histórica, el realismo mágico, leer ensayo, ciencia. Con todo, tengo mis autores favoritos. Soy adicta a la lectura diaria del periódico, que comienzo por detrás. No rechazo las revistas del corazón. Prefiero el peso del libro editado en papel al soporte electrónico. Pasar y oler la hoja, forrarlos para evitar que se vean dañados por el paso del tiempo, firmarlos, fecharlos, elegir marcapáginas, incorporarlos a mi mundo emocional. Acudir a la relectura cuando necesito desde refrescar alguna información hasta rememorar alguna sensación.

Lástima que algo tan maravilloso tenga una proyección tan escasa. Por mi parte, intento enseñar a mis hijos el incalculable valor de la lectura. 

Buen fin de semana.








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