Reillo es un pueblo conquense que ha dado muestras de sabiduría. Ha devuelto a una calle el nombre de Generalísimo, vulnerando la Ley de Memoria Histórica, pero
optando por asumir así un pasado, que por ser éso, pasado, no mueve molino. Otras calles con nombres discutidos por las
acciones de los nombrados son Torquemada (1420-1498), en Madrid, personaje con
especial celo organizativo elegido por Isabel I para articular el Tribunal de
la Inquisición del Santo Oficio; Lutero en Valle de Mansilla (León), quien en
1534 escribe “Sobre los judíos y sus mentiras”, recomendando que los
hebreos sean privados de dinero, derechos civiles , enseñanza religiosa y
educación; Onésimo Redondo (1905-1936) en la localidad de Arafo, Santa Cruz
de Tenerife, mencionado como reconocimiento en su participación en la fundación
de la JONS, o Santiago Carrillo (1915-2012), responsable de la Matanza de Paracuellos durante nuestra Guerra Civil, quien enarbola paseo en el municipio madrileño de Getafe.
En Mollina, Málaga, encontramos la calle Ghandi (1869-1948)
quien con 37 años decide realizar una prueba personal ante el fracaso de su
sueño de independizar la India, acostándose desnudo con su sobrina de 17 años
todas las noches; La Madre Teresa de Calcuta (1910-1997) da nombre a una vía situada
en Alicante. Serge Larivée, investigador
canadiense, cuestionó la salubridad de las instalaciones donde atendía a los
enfermos y las prácticas que allí se ejercían, como por ejemplo la negación de analgésicos,
prácticas que correspondían a una concepción de la madre Teresa sobre el dolor
y la muerte, simulando el sufrimiento de Cristo antes de morir.
Por último, en la capital, la calle de Miguel Hidalgo rememora al cura Hidalgo (1753-1811), considerado
como padre de la nación Mexicana, y que no era precisamente un sacerdote
ortodoxo, a pesar de estar ordenado como tal. Tenía mas de una amante, cinco
hijos por lo menos, y disfrutaba matando con saña a sus enemigos, olvidando que
su causa era la Independencia Mexicana.
Buen fin de semana.
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