miércoles, 26 de marzo de 2014

Competencias

El agua, bien escaso, es dominio público hidraúlico estatal, y dado que los ríos comparten su cauce en diversas provincias, corresponde al Estado la competencia en la Planificación Hidrológica.

Como administrador único, vela para que todos accedamos en pie de igualdad a sus beneficios.  Y resuelve bien. Conflictos enquistados como eran la Cuenca del Júcar o los trasvases desde la cabecera del Tajo a las poblaciones manchegas del Guadiana con problemas de abastecimiento parecen ya superados.

Dada su naturaleza de patrimonio compartido, se confía al “gobierno común” su gestión.

Esto viene a colación por la presencia de 17 administraciones distintas conduciendo otros tantos asuntos universales, como la salud o el acceso a recursos educativos, con el correspondiente resultado de desigualdad dependiendo de allá donde vivas y gasto que se deriva de criterios diferentes.

El desarrollo de las Comunidades Autónomas fue un acierto en el momento histórico en el que arrancaron su camino. Hoy en día, y dado los resultados tan estrambóticos a los que se ha llegado (17 legislaciones dispares en el etiquetado de productos, que hace más fácil la exportación fuera de nuestras fronteras que la distribución dentro del país) parece obligado revisar su evolución y consecuencias.

Cuentan de la Corte Bizantina, ante el despliegue de riquezas y comfort que ofrecía, que la sofisticación de la ciudad se resolvía en diálogos acerca del sexo de los ángeles. Los absurdos son lujo de tiempo de bonanza.  El que hoy nos acompaña nos llama a la contención y a la prudencia.

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