jueves, 27 de marzo de 2014

Retoque fiscal

Escucho todos los días una de las innumerables mesas de discusión que intentan convocar reacciones al comportamiento de los que se dedican a gobernarnos.

Una vez mas  el tema económico se volvió a imponer en el tablero de la actualidad. Se discutía el incremento del  I.V.A. en los alimentos  y cómo repercutiría en la recaudación  del Estado. Uno de los contertulios utilizó la expresión “retoque fiscal”.  

Asombra el uso del término en el entorno de calamidad contable que vivimos.

Un retoque es la acción que acaba a otra, o bien el arreglo de los daños que ha sufrido una obra para reconstruirla; en último lugar, un apaño. Siempre algo pequeño, una fruslería, un mínimo para que todo acabe por encajar y que resulte “habitable”.

Llevamos un largo historial de ñapas, unas acertadas y otras menos.  Y no siempre de las dimensiones adecuadas. Lo malo de ésto es que recaen en una población que no entiende por qué al menos, uno de estos remiendos , siempre para achicar la pieza, no recae en las entidades financieras. No se acaba de entender como para salvar el barco no aflojamos peso con las piezas grandes. 

En este entorno se entienden las manifestaciones, marchas, protestas por parte de los ciudadanos, protagonistas del recorte y víctimas de maniobras para enmascarar autorías en la faena.

Por favor, no aprieten mas:  hay peligro de zozobra.  Generar riqueza necesita también de compost.  Ya lo dijo Cervantes, “no se cogen truchas a bragas enjutas”.  

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