La clave es la justicia. Son las palabras de Ria
Oomen-Ruijten, miembro holandesa del
Parlamento Europeo pronunciadas en el informe anual, ante la eterna
candidatura de Turquía a la Unión Europea.
Octavio Paz en su ensayo Tiempo Nublado (1983) contrapone el
respeto por la ley, la palabra escrita, consensuada entre todos, y por
ello respetada que impone la Constitución de los Estados Unidos con la escasa
garantía de seguridad jurídica que ofrecen los Textos de las Naciones Iberoamericanas.
Nos encontraríamos en un caso similar: Turquía, un país que
se ha otorgado una Constitución que no ofrece la garantía mínima a sus habitantes
de que lo escrito en ella va a ser fielmente observado, en especial todo lo relacionado con los llamados Derechos
Humanos.
Y aquí mi segunda consideración: una herencia cultural que les impide ver en el otro a un
alma gemela. Frente al universalismo del que se alimentan los principios
cristianos de los países mas occidentales, la intransigencia hacia el no creyente
de las naciones de raíces musulmanas. Tampoco una Revolución Francesa.
Que no se entienda que ando en contra de esta colorida
península; con su incorporación, la realidad europea se enriquecería con su historia, una situación geográfica clave en el Mediterráneo, una colección de tradiciones maravillosas, pero también un mapa de intolerancia que rebasa con mucho los
límites para ingresar en el círculo europeo y que complicaría aún mas la
enrevesada convivencia en nuestro continente.
Para más información:
www.http://canovasjuancarlos.blogspot.com.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario