miércoles, 12 de marzo de 2014

Hoy comienzo este blog.  No sé dónde acabaremos,...  

Es impresionante cómo nos reponemos a los golpes de fortuna, y por fortuna me atrevo a llamar a aquellos sucesos relacionados con la vida humana. En especial los que acaban con ella. Me temo mucho que el aniversario del 11-M no acaparará mas páginas de apertura de periódicos dentro de,... una semana?, que las muertes de unos inmigrantes en Melilla reciben atención, no por lo que supone la pérdida de vidas en sí, sino por el peligro de que nos amenacen nuestro Welfare State (al parecer no debidamente protegido,..... y por ello la instalación de nuevas vallas "anti-contención",...).

He crecido rodeada de muerte. Y no siempre debida a causas naturales; despertarse con un atentado terrorista con víctimas mortales era normal cuando era niña. Y luego de adolescente también. Durante un tiempo, normalicé la situación (tal son los ingenios que se presta la vida para protegerse). Ahora la sola posibilidad de que me toque a mí, me eriza la piel, y la empatía (maravilloso sentimiento...) me ayuda a enfrentar la posible pérdida de una persona cercana.

Hoy, los titulares de la televisión, que necesita generar noticias a ritmo desmesurado, nos proponen reflexionar sobre la factura de la luz. Dadas las situaciones de penuria económica que se viven hoy en nuestro país, otra forma de torturar al material sensible que somos todos. Si esta crisis nos ha traído algo bueno, es el recordatorio de que somos frágiles, que hemos dado por sentadas demasiadas cosas, que no hay nada mejor para el ser humano que otro ser humano.


Espero poder ofrecer otros pensamientos menos sesudos cualquier otro día. Cuidaros.








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