jueves, 13 de marzo de 2014

La industria textil en Bangladesh.

La Historia siempre ha sido escrita por el lado vencedor. Todavía hoy,  a pesar  de todo lo avanzado,  del acceso “casi democrático”  a  la información y a su divulgación,  esta afirmación sigue siendo una realidad.

Ayer recibí  vía correo electrónico, la noticia del cierre de dos fábricas dedicadas a la producción textil  en Bangladesh.  Su clausura se debió a que incumplían medidas de seguridad acordadas por  inspecciones realizadas por firmas occidentales, contratantes de su actividad.  ¿Se han parado en pensar estas firmas el efecto que provocan  sus acciones en una población de escasa cualificación profesional y dependiente casi con exclusividad de la industria textil? ¿ Quién pagará sus  salarios mientras sus  centros de trabajo recobran las licencias y cumplen los requisitos exigidos por sus contratantes? ¿Serán recolocados estos trabajadores? Dado el gran índice de corrupción del país (junto con Haití, uno de los mas corruptos del mundo), ¿se conoce el destino  final real del plan para prevención de incendios y la seguridad de estos edificios?

La distancia entre el Primer Mundo y el siguiente  es….. abismal . Cuando en el último, la pregunta es si habrá para comer, en el otro es qué comeremos. 

Que quede claro que  no abogo por la inseguridad en el trabajo  (hay que acabar con tragedias como la ocurrida en Dacca al precio que sea necesario),  sino que  reclamo que  los pasos sean observados más de cerca. Ciertas decisiones tomadas en buena fé  y para la defensa de realidades legítimas,  afectan a la vida cotidiana de  personas cuyas posibilidades  de elección nacen muy mermadas.

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