La Historia siempre ha sido escrita por el lado vencedor.
Todavía hoy, a pesar de todo lo avanzado, del acceso “casi democrático” a la
información y a su divulgación, esta
afirmación sigue siendo una realidad.
Ayer recibí vía
correo electrónico, la noticia del cierre de dos fábricas dedicadas a la
producción textil en Bangladesh. Su clausura se debió a que incumplían medidas
de seguridad acordadas por
inspecciones realizadas por firmas occidentales, contratantes de su actividad. ¿Se han parado en pensar estas firmas el efecto que provocan sus acciones en una población de escasa
cualificación profesional y dependiente casi con exclusividad de la industria
textil? ¿ Quién pagará sus salarios
mientras sus centros de trabajo recobran
las licencias y cumplen los requisitos exigidos por sus contratantes? ¿Serán recolocados estos trabajadores? Dado el gran índice de corrupción del país (junto con Haití, uno de los mas corruptos del mundo), ¿se
conoce el destino final real del plan para prevención de incendios y
la seguridad de estos edificios?
La distancia entre el Primer Mundo y el siguiente es….. abismal . Cuando en el último, la pregunta es
si habrá para comer, en el otro es qué comeremos.
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